Las consecuencias económicas fueron varias pero afectaron sobre todo a la agricultura.
- La trasformación jurídica del régimen de propiedad: se pasa de propiedad vinculada a la propiedad privada. Se produjo una amplia transferencia de propiedades, que pasaron de una titularidad colectiva a otra particular, pero esos nuevos propietarios no fueron gente del campo sino burgueses con dinero que no estaban interesados en invertir en ellas ni dedicarse a ella. Por ello, la desamortización no cambió la estructura de la propiedad ni la forma de trabajar la tierra.
- Hubo un escaso incremento de los rendimientos y en la productividad agrícola; porque tanto los nuevos como los viejos propietarios no emprendieron mejoras importantes.
- Hubo un crecimiento de la recaudacion que permitió afrontar gastos y reducir el déficit de la Hacienda Pública. Pero esta recaudación fué insuficiente por las condiciones de venta excesivamente favorables al comprador. Entre 1836 y 1851 el Estado recaudó unos 4.500 millones de reales, de los que sólo 500 lo fueron en metálico, cuando la deuda ascendía ya a unos 14.000 millones.
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